Mantener una flota activa y en funcionamiento implica desarrollar una gran cantidad de cometidos y tareas y, probablemente, la más importante de todas ellas es conseguir que los vehículos estén a salvo de un siniestro. Sin embargo, es una labor con la que muchas flotas parecen encontrar problemas. Según un reciente artículo de la revista Automotive Fleet, un 20% de los vehículos de flota se ven involucrados en un accidente de tráfico cada año. 

Y estas colisiones son caras. Desde el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene el Trabajo (INSHT) en España, se ha indicado en diversas ocasiones que la siniestralidad vial laboral ronda el 1,2% y el 2,36% del PIB mundial anual, y que el coste total de las incapacidades temporales por accidente laboral de tráfico en nuestro país es de 148.490.822 euros. Por su parte, la Asociación Profesional de Empresas de Formadoras en Seguridad Vial indica que las bajas laborales por accidentes de tráfico tienen un coste de más de 175 millones de euros al año, y cifra en casi 39 días de media las bajas por esta razón, lo que supone más de dos millones de jornadas de trabajo perdidas. Y en el caso de que el siniestro no haya ocasionado heridos ni muertos, el coste medio para una flota, por accidente y vehículo, se calcula que ronda los 14.600 euros, según un estudio del Departamento de Trabajo (Department of Labor) de los Estados Unidos. 

Parece indudable que, el primer paso para evitar accidentes de tráfico es asegurarse de que los conductores llevan comportamientos seguros y responsables al volante. Pero ¿cómo lograrlo? Actualmente, podemos decir que los gestores de flotas cuentan con diversas opciones para monitorear a los conductores, tales como: 

Cámaras: tanto las cámaras del salpicadero como las cámaras del vehículo pueden ayudar a tener controlado el comportamiento de los conductores: si usan el teléfono móvil o cometen distracciones, si no respetan la distancia de seguridad con otros vehículos, etc. Sin embargo, recolectar estos datos resulta complicado y engorroso; para analizar, al cien por cien el comportamiento de un conductor que está, por ejemplo, 12 horas en la carretera, hay que revisar las correspondientes 12 horas de grabación. Pero, por otro lado, las cámaras permiten poder determinar las causas en caso de un accidente.  

Telemática: además de monitorizar la ubicación y las rutas, muchos sistemas telemáticos se pueden usar para identificar comportamientos como los frenazos bruscos y aceleraciones, así como la velocidad inadecuada. La telemática también puede identificar dónde se producen estos comportamientos (ciudad, atascos…), señalando de este modo áreas o zonas problemáticas que deben evitarse. Además, la tecnología telemática puede usarse también para controlar que los conductores siguen fielmente las rutas marcadas. La desventaja de la telemática es que no proporciona información inmediata, lo cual es problemático. Al no corregir o advertir a los conductores en su trayecto en tiempo real, los gestores de flota pierden la capacidad y oportunidad de evitar la colisión antes de que ocurra. 

Sistemas de prevención de accidentes: estos sistemas para evitar colisiones, como la tecnología de Mobileye, ofrecen diversas formas de proteger al conductor. La alerta de distancia de seguridad advierte a los conductores cuando se acercan demasiado al vehículo que tienen delante. La alerta de colisión frontal y las alertas de atropello a peatones y ciclistas emiten avisos cuando existe un peligro potencial en la carretera o calle. Las alertas de cambio involuntario de carril ayudan a evitar que los conductores se despisten y/o invadan otro carril; el indicador de límite de velocidad permite a los conductores saber cuándo van demasiado deprisa. Estas alertas le dan al conductor una información inmediata, lo que les permite corregir los errores en tiempo real, en lugar de esperar y ver si su supervisor los “pilla”. Y hay pruebas sólidas de que esta información inmediata ayuda a los conductores a formarse y mejorar, hasta conducir de manera más segura. Además, cuando estos conductores ven y sienten que realmente este sistema los está protegiendo, qué duda cabe de que van a aceptar de buen grado la nueva tecnología. 

El hándicap de los sistemas de prevención de accidentes es que tienen que sustentarse y ser compatibles con un sistema telemático para que los gestores de flotas puedan acceder por completo a todos los datos relevantes. Sin embargo, hay un argumento verdaderamente relevante que demuestra que integrar ambos sistemas puede llevarnos a lograr nuestro objetivo, y es calcular el retorno de la inversión (ROI). 

Contacte con Mobileye para obtener más información sobre cómo prevenir siniestros en sus vehículos de flota. 

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